domingo, 3 de mayo de 2020

¿Te unes a mi equipo?

Desde que tengo memoria he querido ser veterinaria. Crecí, estudié y lo conseguí.
Trabajé con, y para, todo tipo de personas: buenas, pobres, egoístas, grandes, simples, envidiosas, débiles y maestras. Y con todas ellas intenté crecer. Algunas de esas personas me enseñaron, otras me hicieron caer. Pero me levanté porque quería crecer.
Abrí Vet-House para seguir creciendo. Lo cerré para formar parte de un equipo.
Y aquí sigo buscándolo. No es fácil encontrar, ni formar, un equipo.


La definición de equipo es algo así como un conjunto de personas con habilidades complementarias que realizan una tarea para alcanzar objetivos comunes. Esta frase engloba muchas palabras claves: conjunto, personas, habilidades, tarea, objetivos, comunes. De todas ellas la más importante, la central, “la” palabra, es: personas. No hay máquina ni tecnología capaz de substituir a las personas. Las personas no son un recurso más, las personas son la esencia de la concepción de equipo. 
La creación de un equipo consta de 4 etapas básicas:
- formación
Esta etapa se caracteriza por la transición de un estado individual a un estado colectivo. En un equipo las decisiones deberían ser consensuadas y facilitar la cooperación, la autonomía y la motivación de todos sus integrantes. De esta manera conseguimos la sinergia que se busca en todo equipo: el trabajo de 2 personas es más que la simple suma de las partes, de forma que el resultado obtenido es diferente a las individualidades. La forma gráfica quedaría así: 1 + 1 = 3. 
- conflicto
Esta parte es, como su nombre indica, la más conflictiva de la formación del equipo. Aparecen diferencias interpersonales sobre el propósito, el liderazgo y la línea de ruta. Podemos quedarnos en esta etapa... o avanzar.
Cuando por fin se redactó el ansiado convenio colectivo veterinario (si, somos la única profesión sanitaria sin regulación laboral aún, pendiente de publicación en el BOE) yo lo vi como una oportunidad: de mejorar, de crecer, de superarme. Mi equipo lo acogió con quejas, lamentos y rechazo. Prosperar (en cargo y sueldo) significaba demasiado esfuerzo, tiempo e implicación. A priori, demasiadas diferencias.
- organización
En este punto, si hemos superado el anterior, se caracteriza por la asignación de roles y procedimientos.
- resultados
La etapa definitiva, donde la sinergia grupal se establece de forma positiva, los miembros comparten el liderazgo y están de acuerdo en relación con los objetivos. No obstante, no siempre la sinergia es positiva. Por ello es importante que en los equipos todos sus miembros desarrollen su potencial para aportar y beneficiarse de los efectos de esa sinergia positiva.


Estoy en un equipo? No parece, según la definición.
Puede ser que no encuentre mi equipo por que no sepa donde buscarlo. O tal vez por que no se formar uno. Puede que no localice a las personas adecuadas. O tal vez soy yo la persona equivocada.
Mi padre, el hombre al que más admiro, siempre me ha dicho que no soporto nada, que tengo poca paciencia y no tolero demasiadas cosas. En mucho está errado, pero en algo tiene razón: no soporto la mediocridad, la mentira, el engaño y la deslealtad. Creo firmemente en que cada uno labra su camino. Mi camino es empinado, la responsabilidad y la entrega lo son, porque para crecer hay que subir, y yo sigo queriendo crecer. Un equipo, mi equipo, debe subir conmigo. No dejar a nadie atrás es labor de equipo. Remar, correr, esforzarse, estudiar, motivar... todo se hace por y con un equipo.
Pero qué pasa cuando alguien del equipo baja el ritmo, se sienta, no coge la mano que se le ofrece, no quiere caminar, rechaza toda ayuda y se convierte en lastre? Qué pasa cuando esto sucede un día, y al siguiente, y al de más allá?
No se trata de rendirse. No es la mente la que falla, ni tan siquiera el corazón. Es la persona. Se trata de ambición, de retos, de metas, de seguir creciendo sin llegar a tocar techo nunca. Se trata de salir y llegar todos juntos.
Un equipo es uno y es único.
Un equipo no deja a nadie atrás. A nadie que lo merezca. Y me repito esto como un mantra. A ver si me lo creo. Por que quiero creer que es así. Pero me temo que hay personas que no merecen estar en un equipo. Otras que nunca lo estarán. Porque siempre hay las que decepcionan, o peor, traicionan. Una y otra vez. Y algunas, las menos, seguirán buscando formar parte de uno.


Si no se pueden cambiar las cosas, tal vez el que debas cambiar eres tú.
De equipo.

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